Las mujeres tienen aún un papel secundario en la industria de la inteligencia artificial
Notipress.- El artículo publicado por The New York Times a finales de 2023, el cual reúne a las principales 12 figuras del mundo de la inteligencia artificial, tales como Altman (OpenAI), Musk (SpaceX) o Gates (Microsoft), no fue una gran sorpresa. Sin embargo, hubo una característica de la publicación que se volvió viral: no se mencionó a ninguna mujer.
Así, el artículo afirma que los personajes mencionados han construido las bases de la inteligencia artificial actual. No obstante, este ha sido un campo muy codiciado durante muchos años por académicos, reguladores, interesados en cuestiones éticas, como también aficionados que no fueron incluidos en el artículo, han trabajado las bases de la IA desde el margen.
Para remontarnos a sus antecedentes, Elaine Rich, una científica informática jubilada que trabajó anteriormente en la Universidad de Texas en Austin, publicó uno de los primeros libros sobre IA en 1983 para luego convertirse en directora de un laboratorio corporativo de IA en 1988. Por otro lado, Cynthia Dwork, profesora de Harvard, causó revuelo hace algunas décadas con los campos de la equidad de la IA, la privacidad diferencial y la computación distribuida.
Además, se puede citar también a la profesora del Instituto de Massachusetts (MIT) y cofundadora de Jibo, Cynthia Breazeal, la cual trabajó entre finales de los 90 y principios de los 2000, en el desarrollo de uno de los primeros “robots sociales” llamado Kismet.
No obstante, actualmente las mujeres que se desempeñan en el campo de la inteligencia artificial constituyen una pequeña fracción de la fuerza laboral mundial. Mientras, estudios realizados por la Universidad de Stanford afirman, solo el 16% del profesorado permanente centrado en la IA son mujeres, otros como los del Foro Económico Mundial sostienen que las mujeres ocupan solo el 26% de los puestos relacionados con análisis e inteligencia artificial.
Una de las razones de la disparidad de género es el juicio de sus pares masculinos y la discriminación como resultado de no encajar en moldes establecidos dominados por los hombres en la IA. El problema que surge de la falta de mujeres es perjudicial para el desarrollo de la inteligencia artificial. Esto se debe a que, según lo informa Nesta, una agencia de innovación para el bien social del Reino Unido, el menosprecio por razones de género hace que las mujeres sean más propensas a considerar implicancias sociales, éticas y políticas durante el desarrollo de la tecnología.
A pesar de que la brecha de género en la industria de la inteligencia artificial es aún bastante amplia, siguen existiendo mujeres las cuales se destacan en la materia e impulsan a las empresas a llegar al máximo de su capacidad.
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