Notipress.- La figura paterna desempeña un papel esencial en la formación y desarrollo saludable de los niños, según el reconocido psicoanalista Alejandro Radchik. En información para NotiPress, Radchik destacó la importancia del padre para romper la simbiosis entre madre e hijo, facilitando así el proceso de separación e individualización que es fundamental para el desarrollo de una identidad propia en los niños.
Durante la primera etapa de nuestra vida, el ser humano es dependiente, pasivo e indefenso”, explica Radchik para NotiPress. “Es en este periodo donde se da la simbiosis entre la madre y el hijo, una relación que, aunque basada en el amor, puede llevar a una fusión psicológica que dificulta la inserción de otros miembros de la familia en el espacio psíquico del niño”.
Radchik subraya, el padre actúa como un modelo a seguir, enseñando valores, normas y límites que ayudan a los hijos a desenvolverse de manera adecuada en la sociedad. Además, la figura paterna brinda estabilidad emocional y seguridad, creando un ambiente de confianza y apoyo que beneficia a todos los miembros de la familia.
Desde la perspectiva psicoanalítica, Radchik también hace referencia a las teorías de Sigmund Freud sobre la “castración simbólica”, un proceso esencial que el padre debe realizar para evitar el incesto y forjar una estructura psíquica saludable en el niño. Este proceso se da en varias etapas, desde el nacimiento hasta el momento en que el niño debe compartir la atención de la madre con otras figuras familiares.
La ausencia de la función paterna, acompañada de una madre que no permite la separación, complica gravemente la posibilidad de imaginar a alguno de ellos sin el otro”, afirma Radchik. “Esto puede llevar a una sobregratificación de las necesidades del hijo, lo cual no promueve su desarrollo, seguridad e independencia. Por otro lado, una falta de apoyo o una frustración excesiva también pueden generar inseguridad y vulnerabilidad”.
Radchik concluye que para un desarrollo equilibrado es necesario contar con una madre y un padre “lo suficientemente buenos” que apoyen de manera incondicional el crecimiento y madurez del hijo. “Es fundamental que ambos progenitores asistan y ejerzan sus funciones en pro del bienestar del niño durante todo su proceso de aprendizaje”, agrega el especialista.
Esta visión resalta la importancia de un enfoque equilibrado en la crianza, donde tanto la madre como el padre juegan roles complementarios que son cruciales para el desarrollo emocional y psicológico de los hijos.
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