Daca, 25 jul (EFE).- El Gobierno de Bangladés culpó este jueves a la oposición y a grupos islamistas de infiltrarse en las protestas estudiantiles y estar detrás del aumento de la violencia que desató el caos en el país, con al menos 176 muertos y centenares de heridos.
“La protesta estudiantil fue pacífica al principio, pero a medida que avanzaba, varios sectores con motivaciones políticas se unieron a los estudiantes y convirtieron la protesta pacífica en violenta”, dijo en un comunicado la oficina de la primera ministra, Sheikh Hasina.
El Gobierno responsabilizó a miembros del principal partido opositor, el Partido Nacionalista de Bangladés (BNP), de la mayor formación islamista del país, el Jamaat-e-Islami, y de la organización islámica Bangladesh Islami Chhatra Shibir de unirse a las movilizaciones para desatar el caos.
A ellos les acusó de estar detrás de los ataques a las fuerzas de seguridad y contra civiles, así como de destruir un centro de datos y cables submarinos de Internet que interrumpieron las conexiones por todo el país.
Además, aseguró que las fuerzas gubernamentales “fueron muy cautelosas para que ningún estudiante resultase herido”.
No obstante, al menos 176 estudiantes han muerto en las protestas y enfrentamientos con la Policía, según un balance elaborado por EFE, y más de 400 han resultado heridos.
El Gobierno no ha ofrecido por el momento ningún balance oficial de los fallecidos, aunque el viceministro de Información, Mohammad A. Arafat, afirmó ayer en una rueda de prensa que están trabajando en ello, y prometió una investigación a fondo de la violencia.
Según el comunicado, las protestas causaron daños valorados en más de 120 millones de dólares, con la destrucción de centenares de vehículos y motos, además de siete vagones de tren calcinados, el asalto a decenas de oficinas del Gobierno y comisarías de Policía, algunas de ellas incendiadas, y la fuga de 826 prisioneros de una prisión en Daca.
Las protestas estudiantiles comenzaron a principios de julio para exigir el fin de un sistema de cuotas de acceso al empleo público. Aunque inicialmente eran pacíficas, las movilizaciones ganaron en intensidad el lunes de la semana pasada cuando la primera ministra, Sheikh Hasina, rechazó sus demandas.
Desde ese día, la Policía empleó armas gases lacrimógenos, granadas aturdidoras o balas de goma y perdigones para dispersar a los manifestantes. El Gobierno suspendió además los servicios de comunicación fija y de internet la noche del jueves y decretó un toque de queda la medianoche del pasado sábado.
Estas medidas, sumadas a una orden del Tribunal Supremo que respaldó las demandas de los estudiantes, contuvo las protestas. Aunque el toque de queda sigue en vigor, ya se permite a la población salir hasta siete horas a la calle, además de la apertura de oficinas y fábricas y se han restablecido los servicios de banda ancha en todo el país.
“A partir de hoy pudimos establecer conexiones de banda ancha en el 100 % del país”, dijo a EFE el presidente de la Asociación de Proveedores de Servicios de Internet de Bangladés (ISPAB), Emdadul Hoque.
No obstante, los servicios de Internet móvil continúan suspendidos.
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