Por la Mtra. Monserrat Rodríguez León, directora de la carrera de Ciencias de la Nutrición de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)
La lactancia materna además de ser un acto de amor que fortalece el vínculo de la madre con los hijos tiene múltiples beneficios para la salud y juega un papel fundamental en la salud pública, por lo que es necesario promover estrategias para mejorar las tasas de lactancia en el mundo.
Cada año se celebra la semana mundial de la lactancia materna en la primera semana de agosto. Ésta es una campaña organizada con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras instituciones internacionales que buscan sensibilizar la importancia de la lactancia materna y mostrar sus beneficios inigualables con la finalidad de impulsar estrategias para garantizar el incremento de las tasas de lactancia en el mundo. Este año el lema se centra en “cerrar la brecha: apoyo a la lactancia materna para todos”, que tiene gran relevancia, porque lograr un incremento en la práctica de la lactancia podría salvarle la vida a más de 820 mil niños al año, e impacta de muchas maneras a la sociedad.
Los bebés que reciben leche materna consumen los nutrimentos e hidratación necesarios para esta etapa del ciclo vital, y además quienes llevan a cabo dicha práctica obtienen otros beneficios para la salud. Por ejemplo, los anticuerpos contenidos en la leche previenen en el recién nacido infecciones gastrointestinales y respiratorias; la concentración de vitaminas, minerales, proteínas y azúcares evitan deficiencias nutricionales. Las grasas contenidas en este líquido representan la mitad de la energía que los bebés requieren y es importante resaltar que quienes recibieron lactancia materna tienen menor riesgo de desarrollar leucemia en la niñez y en la vida adulta disminuye el riesgo de padecer diabetes, obesidad y otras enfermedades.
También ofrece numerosos beneficios para las madres, porque dar lactancia materna en las primeras semanas después del parto promueve la contracción del útero y reduce el riesgo de hemorragias. Además, existen otras bondades como la reducción del riesgo de depresión post parto, cáncer de ovario, cáncer de mama, diabetes tipo 2, hipertensión, ataques cardiacos, anemia y osteoporosis.
Amamantar es un desafío para las madres y los bebés, ya que existen retos que se pueden presentar como dolor al dar pecho, problemas con la succión y producción de leche. Estas situaciones deben abordarse correctamente y para ello existen diferentes actores como consejeros en lactancia, profesionales de la salud y grupos de apoyo que realizan el acompañamiento a las familias para lograr lactancias exitosas.
Es necesario crear entornos seguros para que las familias tengan acceso a asesoramientos adecuados y consejería en lactancia materna desde el embarazo y una vez que el bebé ha nacido para resolver cualquier posible eventualidad.
La sociedad puede impulsar acciones enfocadas a mejorar políticas de empleo favorables para los padres de familia de los recién nacidos para garantizar y prolongar la lactancia. Conjuntamente se requiere aumentar los periodos de licencia de maternidad y paternidad, así como el periodo de reducción de jornada de las madres, garantizar los espacios para amamantar en los centros de trabajo y asegurar que los servicios de salud enfocados a la promoción de la lactancia sean de calidad, ya que lograr el éxito es una responsabilidad compartida.
La lactancia materna debe ser impulsada por profesionales de la salud, la sociedad y gobierno, ya que su práctica además de tener un impacto positivo a nivel individual, también contribuye a la salud pública porque reduce la incidencia de enfermedades no transmisibles como obesidad, diabetes y algunos tipos de cáncer, por lo que es un tema fundamental.
Directora de la carrera de Nutrición de la UAG
[email protected]
Boletín de prensa
Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.