El pasado junio, una docente de escuela públicas de nuestra entidad, tuvo que ser intervenida quirúrgicamente. Desde hace varios años adquirió un seguro médico en La General Seguros que se ha ido descontado puntualmente cada quincena. En su contrato se especifica una devolución económica en caso de una intervención quirúrgica que fue en tiempo y en forma solicitada conforme los procedimientos de la aseguradora.

Sin embargo, los primeros problemas vinieron de la aseguradora cuando le anunciaron a la maestra que su póliza había sido cancelada. Por lo que acudió a las oficinas de la compañía para solicitar la revisión en virtud de aún se le seguía descontando puntualmente los cobros de la póliza “cancelada”.

En aquella ocasión la responsable de las oficinas en Mérida Laura Elena Nuñez dio a conocer que había sido un error de interpretación del área de atención del cliente. Mientras los pagos se hubieran realizado había que esperar que las oficinas de la SEGEY retomarán sus labores para confirmar datos y darle una solución a la petición.

El compromiso fue buscar el contacto el primer viernes de septiembre. A la fecha, no se ha dado respuesta como tampoco se han tomado llamadas de la docente para saber sobre su proceso.

En la última comunicación, Laura Nuñez contesto en una comunicación WhatsApp “Entendemos su molestia, lamentablemente tenemos un tema con la persona que administra los cobros ante la dependencia, sin embargo hacemos lo posible por que el área encargada nos ayude para coordinar y solucionar este tema, sin embargo entendemos y está en todo su derecho de tomar las acciones que usted considere prudentes” (Sic)

¿Por qué no se puede solucionar de forma rápida y expedita una situación a la cual está obligada contractualmente una compañía de seguros?

La aseguradora sostiene que la situación es complicada ya que es un tema compartido al reconocer que se requiere de un intermediario entre ellos y la autoridad educativa y deben aceptar, los clientes, que hay una traba administrativa que impide que se pueda cumplir a tiempo con la obligación contractual de la compañía de seguros.

Consideremos que en teoría se contrata un seguro como una herramienta financiera para la seguridad ante eventos planeados o imprevistos. La capacidad de respuesta se espera sea pronto conforme la necesidad se presente.

La necesidad ya ha pasado, pero no ha terminado la obligación. Mientras tanto, por la descoordinación entre la compañía y la Secretaría de Educación desprotegen a una maestra a la cual se le están descontando el pago por el servicio.


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