La muchacha de brillosos ojos verdes,
esmeraldas que destellan serenidad,
con una sonrisa sin otra semejante o igual
que refleja un aire de
graciosa festividad.

Ella, mis versos y estrofas leyó
y toda ella mis destellos disfrutó,
sintiéndome un orgulloso loco poeta
por la sensación que en ella se
gesta.

Escribir para uno mismo poesía
sería una reverente tontería.
Quiero
en todos causar alegría
por la poesía que es solo mía.

Quiero compartir mis ansias de amar,
suspirar por el amor que no debemos
olvidar
en mi lector empatía a mi sentimiento despertar
y de los olores
y sinsabores de la vida disfrutar.

 


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