RAFAH, Franja de Gaza, 7 feb (Reuters) – Con dos ventiladores que recogió en un mercado de chatarra y conectó a unos cables, el adolescente Hussam Al-Attar creó su propia fuente de electricidad para iluminar la tienda de campaña en la que viven él y su familia, desplazados por el asalto israelí a Gaza.

En reconocimiento a su ingenio, los vecinos del campamento le pusieron un apodo: el Newton de Gaza.

“Empezaron a llamarme el Newton de Gaza por mi parecido con Newton”, explicó Al-Attar, quien parece y suena joven para sus 15 años.

“Newton estaba sentado bajo un árbol cuando le cayó una manzana en la cabeza y descubrió la gravedad. Y nosotros aquí vivimos en la oscuridad y la tragedia, y nos caen cohetes encima, por eso pensé en crear luz, y lo hice”.

El científico inglés Isaac Newton, que hizo inmensos avances en física, matemáticas y astronomía a finales del siglo XVII y principios del XVIII, destaca en el imaginario popular por la historia de la manzana.

Más de la mitad de los 2,3 millones de habitantes de Gaza se hacinan ahora en Ráfah, en el extremo sur de la franja, junto a la valla que la separa de Egipto.

La familia Al-Attar fijó su tienda de campaña al flanco de una casa de una planta, lo que permitió a Hussam subir al tejado e instalar sus dos ventiladores, uno encima del otro, para que actúen como diminutas turbinas eólicas capaces de cargar baterías.

Después conectó los ventiladores a los cables que bajaban por la casa y utilizó interruptores, bombillas y un fino trozo de madera contrachapada que extendió a lo largo de la tienda para crear un sistema de iluminación a medida para su familia.

Dijo que sus dos primeros intentos fracasaron y que tardó un tiempo en desarrollar el sistema hasta que consiguió que funcionara al tercer intento.

“Empecé a desarrollarlo, poco a poco, hasta que pude extender los cables por la habitación hasta la tienda en la que vivimos, para que tuviera luz”, explicó.

“Me alegré mucho de poder hacerlo, porque alivié el sufrimiento de mi familia, de mi madre, de mi padre enfermo y de los hijos pequeños de mi hermano, y de todos los que aquí sufren por las condiciones en las que vivimos durante esta guerra”.

La guerra fue desencadenada por milicianos del grupo islamista palestino Hamás que invadieron el sur de Israel el 7 de octubre, matando a 1.200 personas y secuestrando a 253, según Israel.

Israel, que prometió destruir a Hamás y liberar a los rehenes, ha respondido con un ataque militar sin cuartel frente Gaza que ha matado a más de 27.000 personas, según las autoridades sanitarias locales, y ha provocado desplazamientos masivos y hambruna.

En un contexto de desesperación, Al-Attar seguía aferrándose a sus sueños y ambiciones.

“Estoy muy contento de que la gente de este campamento me llame el Newton de Gaza, porque espero cumplir mi sueño de convertirme en un científico como Newton y crear un invento que beneficie no sólo a la población de la Franja de Gaza, sino al mundo entero”.

 

 

 

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