Por su parte, el PRD ha sido un partido errático en cuento acaparar una  preferencia electoral fija y permanente. Al parecer su único acierto electoral, por cuestión de ser parte de una victoria, fue cuando apoyó junto con el PAN la candidatura de Patricio Patrón Laviada en el 2001. De ahí, el PRD no ha sabido encabezar una fuerza política que asuma el liderazgo de la izquierda yucateca.

Cualquiera podría pensar que las ideas de izquierda son ajenas para nuestra entidad. Sin embargo, es oportuno recalcar que en estas tierras se dieron dos grandes movimientos sociales encabezados primero con Felipe Carrillo Puerto, y posteriormente, Salvador Alvarado. Un gobierno socialista que apoyó decididamente el desarrollo del campo yucateco en contra de los intereses de los potentados y hacendados; y el segudo, que supo enraizar en la política nacional reformas sociales tan importantes como los derechos laborales que primero se implementaron en esta entidad, y a la postre, fueron modelo para que se consolidaran las prerrogativas laborales a nivel nacional.

La izquierda, por lo tanto, siempre ha estado presente con contribuciones y propuestas que han proporcionado dinamismo a la política local y nacional. Sin embargo, en los últimos años en la historia moderna de la lucha política, no han sabido sus dirigentes y militantes consolidar un trabajo consciente y profesional en la actividad política.

Ahora hay una presencia de políticos jóvenes que han mostrado madurez política en la conducción del partido. Que saben que hay que construir la base electoral con el convencimiento de que son una propuesta viable de gobierno, seria y responsable.

A este dinamismo juvenil que representa el relevo generacional, por contraposición, se oponen los “viejos” que por simple experiencia consideran que las cosas deben seguir un rumbo “a modo”  sin necesidad de cambiar o sujetarse a las reglas de la democracia actual. Sin perjuicio a que hasta en aquellos que aún con la edad son más conscientes de la época que les toca vivir, donde al final el cambio o adaptación es la mejor manera de sobrevivir, ya que la dirección del tiempo sólo puede ir en un sentido: hacia adelante.

Esta disyunción lleva al partido del sol azteca en Yucatán a un conflicto de intereses que los confronta hasta el punto de la posible quiebra, que nos les permitirá al tiempo electoral constituir una fuerza política que siente un precedente en la batalla electoral.

Lo que hemos visto desde afuera es una personalidad de la izquierda en Yucatán, Eric Villanueva Mukul, quien ha tenido un papel destacado en la lucha política que hoy se muestra obcecado y ajeno a los cambios que exije el relevo generacional.  De este modo, no le importa hacer madrugetes desde la capital con la dirigencia nacional sin respetar los tiempos y modos de los procesos internos locales. 

¿Acaso no se da cuenta que con esa actitud deja de fortalecer a la izquierda en Yucatán? 

Que lástima que al final de su vida política Eric Villanueva no deje pasar a las generaciones juveniles, y la usanza más antigua, intente imponerse. Eso no le hace bien a la izquierda, menos al PRD, que lo condena al fracaso electoral para el 2012.


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