La Gobernadora Ivonne Ortega Pacheco, una mujer joven, de la generación del cambio y la sensibilidad social y política lo entiende muy bien. Lo ha demostrado en la capacidad de escuchar las demandas de los ciudadanos, a lo que responde con hechos y compromisos que se traducen en oportunidades para el desarrollo del Estado.

Pero es necesario extender la confianza de todos nosotros hacia el gobierno. Si a un gobierno le va bien, sin duda, a todos nos ira mucho mejor. Es la suma de los esfuerzos compartidos en la necesidad de lograr la superación social de los rezagos, que ni unos, ni los otros, han logrado garantizarnos. Pero hoy existe la voluntad para dar esas condiciones, pero requiere de la construcción de la esperanza mutua que nos motive a trabajar unidos para lograr el bienestar social tan anhelado por todos nosotros.

Uno de lo tema candentes y polémicos es la dinámica sindical. ¿Cuántas veces no se ha criticado la existencia de cacicazgos y porrismo convenenciero a intereses personales e inconfesables para la ética, los valores y la moral? Sin embargo, hay que reconocer que sin la organización sindical muy difícilmente existieran mejores condiciones de trabajo y calidad de vida en millones de mexicanos.

Pero más que reconocer que son un mal necesario, tenemos que exigir como sociedad que la democratización del sindicalismo también sea una realidad.

Ivonne Ortega Pacheco lo entiende y se compromete. Refrendo lo último el pasado 1 de mayo, el día del trabajo, cuando demarcó la necesidad de contar con un sindicalismo más humano, más cercano a las necesidades reales de los trabajadores, con sensibilidad democrática y verdadero compromiso, que se traduce, en un liderazgo ético y con valores morales y políticos.

Ivonne Ortega Pacheco necesita de la confianza de los trabajadores, para que desde su gobierno se garantice el respeto a los derechos laborales. Porque desea proporcionar la igualdad de oportunidades para que todos los trabajadores logren mejores condiciones de vida.

Es por ello, que apoya liderazgos reales, no cacicazgos que mienten, engañan, manipulan con tal de perpetuarse en sus dirigencias sin importar pisotear los derechos y dignidad de los agremiados.

Es por ello que con buenos ojos el trabajo comprometido de Isabel Sansores Dorantes al frente de la Secretaría General del Sindicato de Trabajadores de Organismos Descentralizados y del Gobierno del Estado de Yucatán. Porque el liderazgo de Isabel lo tiene en la fuerza legitima que radica en la lucha de trabajadores que anhelan un trato digno en la defensa de sus derechos y mejoramiento de calidad de vida.

La organización ya existe, porque hay un acta constitutiva legal que lo avala y la ley lo determina, aunque a algunos lo nieguen y busquen confundir a los trabajadores. Su existencia no ésta supeditado su reconocimiento a opiniones personales de quienes se oponen por razones de cacicazgos.

Cumplidores de la ley, Isabel Sansores y su equipo de trabajo han emprendido la lucha para su reconocimiento legal, lo que es otra cosa. Es por ello que han solicitado la protección federal por vía amparo acompañado de la firma de más de 90 trabajadores, lo que sin duda, no será fácil rechazar por la autoridad que evalúa con objetividad y certeza legal que los fines de la organización sindical no se contrapongan a los principios constitucionales y contenido de la Ley Federal de Trabajo.

No obstante de ese paso legal necesario, la necesidad de democratizar el sindicalismo en los trabajadores del Gobierno del Estado no es ajeno a un intereses genuino de la Titular del Ejecutivo, que ve en esta ocasión, una gran oportunidad de refrendar el compromiso de trabajar al lado de quienes si desean mejorar las condiciones laborales y de vida de los trabajadores.


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