Todos ellos son los jodidos, que nadie les llora y que nadie les hace caso. Son lo que no tienen la facultad de aparecer tantas veces en la televisión. Miles de familias que lloran a sus muertos, como aquellos estudiantes en una fiesta o los que murieron en la puerta del Tecnológico de Monterrey, que no fueron televisados en vivo sus funerales y el entierro.

Paulette, la niña que causo noticia fue encontrada. Obviamente hay situaciones que dejan dudas y en entredicho la actuación de las autoridades. Esa es una nota que debe ser explorada y analizada para que en futuros casos se tengan mejores procedimientos para atender estos casos. Pero lo que dejo de serlo es lo que sucede en el interior de la familia sucede: ya es un caso particular, que en verdad no merece que nos estemos desgastando en situaciones que no nos competen por ser ya muy doméstico.

Paso igual con el caso cabañas. Lamentable por el impacto en un ambiente específico, pero con la “magia de la tele” se convirtió en caso que trascendió esos límites para convertirlo en noticia nacional. Horas por horas se seguía la cobertura de una noticia, sin que en el transcurso de una a otra no hubiera cambios en la condición del futbolista. Lo que si era cierto es que entre notas, reportajes, entrevistas a involucrados o expertos junto con los enlaces se consumían casi la mitad del tiempo de los noticieros.

Inclusive se llegó a decir que nunca había sucedido ese disparo, que todo era una faramalla para crear esa noticia y distraer la atención de los mexicanos de la situación de violencia por la incapacidad del gobierno de controlar a la delincuencia organizada. Elemento que se refuerza con la sorpresiva recuperación calificada como milagrosa. Es que era una “bala mexicana”, porque al final, todo puede suceder, hasta llegar a jugar en el mundial ¿O no?

En analogía de fondo con el caso Paulette no cabría la posibilidad de que las mismas autoridades hayan sembrado el cadáver en el habitación, en la misma donde días atrás se había buscado, donde se grabaron entrevistas para la televisión, donde llegaron a dormir varias personas que acompañaban a la familia en este trance sin que se sintieran los olores de la descomposición de un cuerpo. ¡Otro providencial milagro mexicano! ¿O no? Total lo importante era crear una verdadera historia de impacto que continuará con la telenovela que se vendiera como reality show… y de este modo, se de el pan y el circo a los mexicanos.

En un país cuyas autoridades contribuyen a la desconfianza, cualquier cosa se puede pensar.

Pan y circo para convertir lo importante en trascendental, desplazando con ello lo prioritario: sue generis que es el pan de siempre.


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