Las montañas parte de la riqueza natural de los mexicanos
Por Víctor Jesús González

México, 12 de abril (Notimex).— Desde lo más alto de las montañas hasta los mares profundos, pasando por desiertos y arrecifes de coral, bosques nublados o lagunas costeras, México es uno de los territorios con más diversidad de ecosistemas en el mundo; una introducción a este universo se puede apreciar en un par documentales del joven corredor de montaña Santiago Carsolio.

      “México es un país de montañas, es un país de gente y de cultura de montañas que está arraigado desde las culturas originarias de Mesoamérica. Entonces, yo las considero como un lugar de adoración; representa una parte fundamental dentro de lo que es ser un mexicano y una mexicana”, explica Carsolio, miembro de un linaje de amantes de lo que antiguos pobladores de estas tierras entendían como lugares sagrados.

      Así, caminando entre paisajes, parecidos a los que los citadinos solo pueden mirar al iniciar la sesión ritual en sus computadoras, comenta: “la Iztaccíhuatl tiene factores que la hacen mi montaña favorita. Primero de todo, es un lugar de encuentro y de crecimiento familiar, es un refugio; en todos lados sientes que estás acompañado y de alguna u otra forma se siente aquí que la naturaleza es familiar”.

      En  ese volcan “me di cuenta que regrese al mundo infantil, me parecía que no me cansaba, que estaba jugando y entonces poco a poco eso lo fui traduciendo a la carrera de montaña; conectarse con la vida a través de los pasos y respiración; sin necesidad de muchas cosas extras, lo hace una experiencia sumamente simple, pero a la vez muy profunda”.

      La segunda pieza audiovisual, que se puede ver en una plataforma de videos, trasporta a otro universo natural que reseña el poder creador de la naturaleza en tierras mexicanas: el Xinantécatl, que “es una montaña que te regresa bastante a sentir que eres para de la Tierra; lo que más me ha enseñado es cómo estarme tranquilo, a perder el miedo y recuperarme del dolor que provoca la muerte, aquí perdí a mi hermano”.

      Al utilizar el documental para refrescar al público con nuevos aires en la cultura y conocimiento de la biodiversadad en México, Carsolio reflexiona: “cuando te enfrentas con la muerte, te das cuenta que hay cosas que realmente no importan; como los resultados de cualquier tipo de carrera, todas esas cosas banales que antes nos preocupaban, le quitan la belleza a estos espacios”.


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