El profesor Amin Al-Jalili solía ir a la Universidad de Mosul todos los días para enseñar semántica. Pero llegó la COVID-19.

En respuesta a la pandemia, la segunda universidad más grande de Iraq, cerró gradualmente sus puertas a más de 40.000 estudiantes en febrero de 2020. En una entrevista, el profesor Al-Jalili cuenta a la UNESCO su experiencia y su lucha para garantizar que la educación continúe.

“Ya tenemos experiencia en la gestión de crisis”, declara Al-Jalili, haciendo referencia a la ocupación de la ciudad por extremistas violentos entre 2014 y 2017. Encontrar una solución para la continuidad de la educación durante la COVID-19 fue clave para el renacimiento de la ciudad. Al-Jalili cree firmemente que “el conocimiento y la ciencia son los únicos caminos hacia la ilustración” y su lucha por ofrecer una educación de calidad a sus estudiantes a pesar de todas las dificultades es la base de la iniciativa de la UNESCO para reavivar el espíritu de Mosul.

La transición a la educación a distancia

La planificación anticipada fue clave, a pesar de que en marzo, Mosul aún no había registrado ningún contagio por COVID-19. Al-Jalili explicó que fue muy difícil al principio, especialmente porque muchos profesores no tenían experiencia en el manejo de la educación a distancia.

 Una de las medidas importantes adoptadas por la universidad fue la de reunir datos sobre la educación digital. Al analizar el impacto de las conferencias impartidas, se podía ayudar a los profesores a mejorar la calidad de esta nueva forma de enseñanza para ellos.

El brote de COVID-19 tuvo un impacto sin precedentes en la educación en todo el mundo. El cierre de escuelas y universidades afectó a cerca del 90%[1] de la población mundial de estudiantes, más de mil millones de alumnos, durante el pico inicial de la pandemia en la primavera.

Duplicar los esfuerzos

El hecho de tener que recurrir a herramientas gratuitas para la educación a distancia, exigía que Al-Jalili Amin y otros profesores de la Universidad de Mosul se aseguraran de que hubiera material de buena calidad, accesible para todos. A pesar de las dificultades iniciales de acceso a la Internet con que tropezaron algunos de los estudiantes en los primeros días de este sistema, Al-Jalili Amin observó en general que algunos de los estudiantes eran más reactivos y respondían rápidamente a este tipo de educación.

La aparición de la COVID-19 puso a prueba la creatividad de los profesores y su implicación, especialmente en una ciudad que recientemente ha sufrido una destrucción masiva.

“Para mí, la educación es un mensaje moral y es un deber asegurar que los estudiantes reciben la formación que merecen”, dijo Al-Jalili, “y el conocimiento es el primer paso para revivir el espíritu de Mosul”. Nuestra ciudad está tratando de levantarse de los escombros y no debemos escatimar esfuerzos para comunicar la necesidad y la importancia de la ciencia y el conocimiento porque nuestro mayor enemigo es la ignorancia”, dijo subrayando la importancia de estos esfuerzos para llegar a todos los estudiantes.

[1]  Los datos estadísticos se refieren al pico de cierres de universidades y escuelas a principios de abril de 2020. En un intento por limitar los efectos de los cierres de escuelas causados por COVID-19, la UNESCO está trabajando con los ministerios de educación de los países afectados e interesados para garantizar la continuidad del aprendizaje de todos los niños y jóvenes mediante el aprendizaje a distancia, en particular para las comunidades más vulnerables y desfavorecidas.

 

 

 

 

Boletín de la UNESCO


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