Se descubre un primer informe sobre ataque de un dron autónomo y sin supervisión a personas

 

NOTIPRESS.- Hoy en día, el desarrollo de la tecnología es subsidiado por diversas instituciones y naciones para lograr innovaciones que favorezcan a la sociedad y faciliten las tareas cotidianas incrementando su productividad. No obstante, los resultados de dichas innovaciones no siempre son benéficos para la sociedad, y pueden estar lejos de proporcionar soluciones a problemas de toda índole.

Los sistemas de inteligencia artificial continúan desplegándose en múltiples sectores económicos y sociales, incluso se debate la idea sobre si los drones o dispositivos autónomos se deben emplear para la guerra. Un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) respecto a la guerra de Libia, alertó de una primera intervención de un dron autónomo y sin supervisión que atacó a las personas.

El incidente tuvo lugar en marzo de 2020, y hasta ahora se hizo público el documento donde el fabricante STM señaló que el prototipo Kargu-2 era un dron militar capaz de manipular de forma autónoma armas letales. El panel de expertos de la ONU expresó, “los sistemas de armas autónomas letales estaban programados para atacar sin requerir conectividad de datos entre operador y munición”.

Un video en la página web del fabricante, detalla el potencial destructivo que tiene el dispositivo, sin necesidad de ser manipulado por una supervisión o un militar capacitado para controlarlo. Estos drones atacan contra los objetivos al azar y explotan; además, tienen la capacidad de desactivar o interferir otros dispositivos electrónicos mediante un sistema de interferencias.

También, la empresa STM detalló en su página web que su dron se puede usar de manera efectiva contra objetivos estáticos o en movimiento. Ello es posible gracias a sus capacidades de procesamiento de imágenes nativas en tiempo real y los algoritmos de aprendizaje automático integrados en la plataforma.

Según la ONU, el despliegue de drones kamikaze tipo Kargu-2 viola la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de 2011. Donde prohíbe a todos sus estados miembros involucrarse en el suministro, venta o transferencia en forma directa o indirecta de armamentos a Libia.

En 2018, la ONU intentó comenzar a trabajar en un tratado que prohibiría las armas autónomas, pero la medida fue bloqueada por Estados Unidos y Rusia. Asimismo, Human Rights Watch, una organización en pro de los derechos humanos, desde 2013 ha realizado una campaña para frenar la propagación de la tecnología como armamento militar.

Hasta ahora, no queda claro si las ofensivas con drones dejaron víctimas entre los combatientes libios y la población civil, tampoco se precisa si hubo algún grado de manipulación por parte de algún controlador de vuelo. Sin embargo, la verdad histórica sobre este hecho, podría tratarse del primer ataque de dispositivos autónomos militares contra los humanos.

 

 

 


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