Vamos a establecer que la ruta “Va y ven” es un acierto para mejorar la movilidad en la ciudad aprovechando la conectividad del periférico que la rodea, por lo cual se permite, que los usuarios del transporte público no tengan que llegar al centro para trasladarse a varios puntos de la ciudad.

Como parte fundamental de la operación el pago se modernizó y se realiza por medio de una tarjeta de prepago. A lo largo de la ruta se establecieron varios puntos de recarga, donde además se supone que se puede conseguir tarjetas nuevas para los usuarios que desean usar el servicio. Las unidades no aceptan pago en efectivo, siendo la tarjeta el único medio de pago.

Sin embargo, desde hace varias semanas NO HAY TARJETAS NUEVAS. El que escribe estas líneas lo ha intentado en cinco ocasiones en el último mes en diferentes unidades de recarga sin éxito de conseguir una nueva. En los dos últimos intentos, en la pantalla aparece un número telefónico 072 que parece estar INACTIVO ya que ni siquiera da tono de llamada.

Aún con esta evidencia, el gobierno del Estado se toma el tiempo y recursos para dar publicidad a favor de este servicio. Lo maravilloso de las redes sociales son los comentarios de los lectores que retroalimentan y que evidencia que el problema de las tarjetas nuevas ha rebasado la capacidad del gobierno para consolidar este servicio de movilidad urbana.

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De donde se extraen las siguientes “observaciones” de los usuarios:

¿De qué sirve modernizar con una mayor infraestructura en la movilidad con mejores unidades y la automatización de procesos administrativos si se olvida que lo esencial para cualquier gobierno es garantizar un trato humano a los ciudadanos?

Le ineficiencia de la burocracia en la Dirección de Transporte le “quema la plana” al gobierno de Mauricio Vila, lo engañan y lo exponen a la crítica que resulta innecesaria por no cuidar que este proyecto tenga éxito rotundo. Se les olvida poner tarjetas como tampoco instrumentan mecanismos óptimos para su distribución y adquisición. Como consecuencia no solo disminuye el número de usuarios que impacta la rentabilidad del servicio, como también, ocasiona una molestia contra al gobierno de Vila Dosal.

Ahora que se quiere vender nuevos proyectos de transporte de primer mundo, de nada servirá si la atención sigue siendo inferior.

Ojalá que el gobernador “escuche” estas deficiencias expuestas en las redes sociales y la voz de los usuarios que queremos aprovechar este servicio y ponga las cosas en su lugar. Si no pueden con tarjetas, que se abra la posibilidad de pagar en efectivo. O mientras no se pueda cubrir que se acepte el dinero.


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