Especialista explica cómo se reconoce a un paciente con esta característica

Mérida, Yucatán, a 29 de febrero de 2024.- Un paciente neurocrítico representa un importante problema de salud pública a nivel mundial, cuyas consecuencias pueden ser temporales o permanentes y causar parcial o total discapacidad física, psicológica y funcional, enfatizó el coordinador de la Especialidad en Terapia Intensiva de la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), José Andrés Gil Contreras.

Durante la sesión del XVI Seminario de Investigación “Miércoles con Ciencia”, se presentó el tema “Cuidados de enfermería en el paciente neurocrítico”, donde el especialista platicó con estudiantes de enfermería.

Explicó que un paciente neurocrítico es una persona inestable neurológicamente con riesgo inminente de muerte o de sufrir complicaciones irreversibles, tienen el riesgo de descompensación fisiológica y que, por ende, requieren de monitoreo constante y la posibilidad de intervención inmediata por el equipo de cuidado intensivo para prevenir eventos adversos.

“Este es un paciente que nos va a dar una sintomatología de acuerdo con el compromiso en su sistema nervioso central o en su sistema nervioso periférico, por lo tanto, nosotros como personal de enfermería requerimos entender, comprender y cuidar de esa situación, que pueden interferir en el agravamiento de ese paciente, pero lo tenemos que hacer de una manera oportuna y eficaz para la recuperación neurológica de nuestros pacientes”, abundó.

Gil Contreras detalló que realizar una valoración neurológica es compleja y se debe hacer por fases, iniciando con la exploración física, la cual, es la herramienta diagnóstica más importante en las neurociencias clínicas.

Agregó que, realizando un buen control neurológico, no solo se puede conocer la situación del paciente en un momento puntual y sus cambios, sino también se puede prevenir las complicaciones que aparezcan.

“Los propósitos de la valoración neurológica son para establecer si existe o no una lesión o una alteración funcional en el sistema nervioso, tanto central como periférico, asimismo, señala cuál es la topografía de esta lesión, es decir, en qué parte del sistema nervioso se encuentra la alteración”, señaló.

Para esta valoración, mencionó, se tienen que considerar los signos vitales, la función motora y sensitiva, la actividad pupilar y el nivel de conciencia.

Por último, recordó que los accidentes cerebro vasculares (ACV) se consideran la tercera causa de muerte en los países desarrollados, de los cuales, un 25 por ciento de los pacientes recuperan la mayoría de las funciones, un 50 por ciento de ellos les queda una incapacidad a largo plazo y el 25 por ciento restante fallecen.

 

 

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