Un periodo de campaña es para vivir con intensidad de la efervescencia política. Más cuando viene una elección competitiva y contrastante en la visión y posturas políticas entre los contendientes. Eso se ha experimentados en los últimos 60 días, los dos primeros tercios de la campaña.

Es claro que la sociedad mexicana va configurando y consolidando la preferencia electoral. Lo que viene, sin duda, es una transición política de gran envergadura si el triunfador de la justa electoral es Andrés Manuel López Obrador. Algo que asusta y mantiene en vilo a un amplio sector económico que ve peligro en el ex priista tabasqueño y ahora líder de Morena, el Partido del Movimiento de Regeneración Nacional.

AMLO es el político más importante en este inicio del milenio. Es un hombre polémico por su discurso y acciones políticas. Tiene experiencia tanto en gobierno como capacidad de movilizar a la ciudadanía. No es alguien que pase desapercibido. Te obliga a tomar una postura hacia su persona y propuestas. Tanto se le puede seguir con fe ciega, como ser el más voraz crítico de sus ideas y ofrecimientos políticos.

¿Se mantendrá la actual percepción y preferencia hasta el final de la campaña y durante la jornada electoral?

A simple vista parece que así será.

Sin embargo, hay un tiempo de campaña y muchas circunstancias que podrías variar la percepción y el resultado ser diferente. Por ejemplo, aún es muy temprano para evaluar y valorizar el efecto y consecuencia de la respuesta que dio AMLO al empresario Larrea de Grupo México. Cuando uno va muy arriba en las encuestas hay pleitos que son innecesarios de encabezar por más que se tenga razón. Los grupos de poder existen y pueden provocar variaciones imprevisibles.

Si algo es muy claro para el que entiende la política es que lo único seguro que se tiene es la inseguridad del futuro. Tan solo un hecho, dicho o circunstancia pueden cambiar el rumbo de una decisión política, económica o social.

No debemos olvidar que los sistemas políticos y económicos son entes vivos que reaccionan ante los estímulos internos y externos con la modificación de la ruta y el camino emprendido. No hay claridad entonces para el futuro. Bastaría tan solo un “gota” justa para derramar un vaso y cambiar la perspectiva de las cosas.

¿Estaremos ante un escenario así en México?

No existe bola de cristal ni quiromancia que nos permita dar una respuesta. Pero si hay ciertos hechos que se convertirán en factores en la ruta de este proceso electoral. El 14 de junio iniciará la jornada mundialista de Fútbol; por lo cual, se espera que la ciudadanía pierda el interés en la campaña electoral. Un distractor oportuno para que se jueguen las últimas piezas del ajedrez político en la lucha por alcanzar el poder.

¿A quién beneficiará este periodo de distracción previo a la jornada del 1 de julio?

En su momento lo vamos a ir percibiendo y conociendo.


Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.