Los Estados Unidos tan exigentes con todo el mundo, es una nación con naturaleza proteccionista de los intereses americanos. De tal modo, que la preocupación mundial sobre el medio ambiente no ha sido asumido igualmente por el gobierno norteamericano que busca escudar a su propia industria de lineamientos restrictivos que mejoren el la emisión de contaminantes.
La tragedia del Golfo de México ha sobrepasado la capacidad de respuesta tecnológica de los norteamericanos. Ya no saben qué hacer para impedir que más petróleo continúe acrecentando la mancha negra contaminante. Su dimensión ya es tan vasta que sobrepasa cualquier método conocido para su extracción y limpieza del agua. El tiempo no es tampoco el mejor aliado. La proximidad de huracanes en la zona dificulte más las cosas, ya que de hacer algo, tiene que ser de forma inmediata para que no se complique más en la presencia de esos fenómenos meteorológicos que ponen en franco peligro para toda la costa del Golfo de México,.
En un mensaje dirigido a la nación norteamericana, vimos un Barack Obama con mucha presión para tranquilizar los ánimos. Mucho más consciente de la responsabilidad de su gobierno en los temas ambientales, y con ello, la urgente necesidad de estudiar e implementar nuevas tecnologías de energía en la primera condena y reconocimiento de los riesgos que conlleva la extracción del petróleo, o también conocido, oro negro.
Hay cambios y transformaciones en el mundo. Ya el gobierno norteamericano da indicios de qué hay que hacer algo por el medio ambiente. Es triste que tuviera que suceder una tragedia de semejantes proporciones que llevará a tomar posiciones a favor del medio ambiente. Como siempre sucede, no podía ser de otra manera, para que el grande realmente despertará y se pusiera enérgico y más propositivo a favor del medio ambiente.
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