En honor a esos hombres es difícil entender como está hoy el país sumergido en un desastre en la composición anímica y su conciencia social. No hay un rumbo definido hacia el futuro, sino que se vive en el presente, en las decisiones actuales, las prontas e inmediatas.
Este no debe ser el país de los Javieres Sicilia, ni de los Martí, o de los Wallaces, o de esas miles y miles de muertes y un buen número de heridos que no son escuchados ni atendidos en el dolor de la pérdida o convalecencia de las heridas. Pero esas son las voces que hoy dominan el reclamo por la paz, por la justicia, por la armonía social. Imposible no sentirse uno solidario. Inútil negarles valor moral en su denuncia pública. En lo personal es difícil pensar o imaginarse el sufrimiento que pesas sobre cada uno de ellos.
¿Cómo entender el “usted, disculpe” cuando uno es violentado en su propia casa, con lujo de violencia, maniatado, interrogado y tratado como criminal, por aquellos que nos han prometido proteger de los verdaderos malos?
¿Bastará con sólo devolver el reloj robado por los agentes de seguridad para redimir la culpa y la responsabilidad?
Increíble que en aras de decir que las cosas van bien, el cinismo del vocero de seguridad Alejandro Poire, que ha afirmado que por la buena situación económica es que ahora ha aumentado el consumo de drogas. ¿Es razonable, lógico y aceptable el argumento para quienes afirman que si saben gobernar bien?
¿Cuánto no se hablado en nuestro contexto local de los hechos del 4 de julio? ¿Cómo han criticado la supuesta represión sistemática cuando ellos sostienen que nunca provocaron, que no insultaron, que no azuzaron a los ciudadanos opositores, que era una manifestación pacífica?
En lo personal he podido comprobar que no todos son tan pacíficos como dicen ser. No en pocas ocasiones he tenido que borrar y bloquear en los contactos de las redes sociales a verdaderos rijosos que entran a los propios espacios para insultar, escribir argumentos personales soeces sin ningún respeto al interlocutor. Lo que tanto criticaban de la intolerancia lo practican a total cabalidad  como si sólo en una parte hay razón. Una nueva forma de fanatismo y nepotismo que no entiende que en la consolidación de la democracia hay el riesgo de que haya quien piense diferente.
Sólo en la soberbia se entiende el por qué ninguna de las supuestas organizaciones civiles que defienden a capa y espada los intereses del PAN no se pronuncien en contra de la agresión del regidor panista Kirbey Herrera. “¡Revisen los videos, ahí están las fotos!… ¿por qué la autoridad no actúa?” – vociferan. Si se hace también se observa claramente la acción artera, decidida, consciente y abusiva del regidor en contra de un trabajador. Cuestionados en las redes las cuentas @PANmerida y @PANYucatan guardan silencio. Un silencio que los delata, que nos demuestra que están de acuerdo en avalar la agresión, que no harán nada contra el regidor, que lo solapan y lo encubren.
A quién me cuestionó, hoy ahora yo pregunto “¿en dónde quedo esa mística, el valor del discurso político de ser un verdadero cambio para el país? ¿Qué sucedió con ese partido que cobijaba muchas esperanzas de quienes empezamos a desarrollar nuestra consciencia política dentro de un sistema que era hegemónico, vertical, de verdades absolutas? ¿Tuvo sentido que nos enfrentáramos a ese sistema para que hoy el país carezca de visión y de rumbo?”
Es por ello que urge ya un cambio en la forma de gobierno en nuestro país. Se guarda la esperanza de que los ciudadanos al final no seamos tan tontos o manipulables como aparentemente se piensa. En los últimos meses se ha tenido la oportunidad para el cambio de rumbo, pero lo que vemos es a un presidente obcecado en defender su propia estrategia… y recuerdo la escena de la película de Batman Eternamente cuando el personaje de Ricardo Tapia reconoce la verdad de la personalidad de su protector Bruno Díaz, y por consecuencia quiere aprovecharse para vengar la muerte de sus padres. Éste último cuestiona al joven “matarás a Dos Caras – el enemigo – y después, ¿qué sigue?” México parecería que está hundido en la sed de venganza sin que se tuviera un después saber qué hacer.


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