Decía Alvin Toffler , autor de las obras El shock del furturo y la Tercera Ola, en la década de los 70’s cuando intentaba explicar los mecanismos de evolución cultural de los pueblos, que una de las disyuntivas de aquel entonces el camino de la homogenización contra la heterogeneidad de la sociedad. Era la época del apogeo de los medios masivos de comunicación que se pensaba y creía que homegenizaba a las masas en implementar un sentido de interpretar la realidad. Sin embargo el investigador no coincidía con dicho planteamiento.
¿Qué podría decirse ahora con el mundo de la tecnología, de las redes de comunicación, la telemática y la comunicación a distancia?
Un hecho muy claro de la sociedad actual es que nos enfocamos a la generación de información en la cual, de forma global, todos somos responsables. A diario se publican miles de testimonios, ideas, propuestas, pensamientos a través de las diversas redes sociales, las páginas de Internet, los blogs o bitácoras, el uso del correo electrónico, el intercambio de archivos, sin importar que los materiales se desarrollen con herramientas escritas, interactivas o audiovisuales. Es una verdadera tormenta de ideas que hacerle caso a todo lo escrito nos saturaría la mente en la imposibilidad de captar y entender todo.
Hoy cualquiera, sin importar estatus, condición o prestigio se puede convertir en un personaje en este mundo global. Solo falta astucia y hasta un poco de suerte para convertirnos rápidamente en un fenómeno “viral” y sea momentánea o más permanente, seguido o admirado por los usuarios de la red de información.
En consecuencia podemos encontrar en la misma tanta información que se genera, que así puede ser realmente “tan buena” o sobresaliente, pero también, la más absurda, chatarra y sin valor. Inclusive hay información que deliberadamente es creada para destruir, calumniar, inventar o sostener pequeñas o grandes mentiras. Es importante, por lo tanto, mantener siempre una actitud crítica y buena capacidad de investigación para no “tragarse” muchos de esos datos inútiles, que no corresponden con la realidad.
Como es el caso de la Reforma Educativa que ante el afán de querer hacer valer que lo hecho es insignificante en comparación con otras naciones, en la red se viene argumentando sobre los cambios al sistema educativo japonés. Pero basta darse un tiempo en la red para intentar buscar información relevante que profundice lo que se dice están haciendo los nipones, para darse cuenta que dicho correo es totalmente falso, que no existe tales reformas educativas japonesas. Pero lo que llama la atención que hay quienes lo siguen replicando cuando la información data desde 2012 y hay quienes explican con otros argumentos la falsedad de ese comunicado. Inclusive en las páginas oficiales que se pueden consultar del gobierno japonés y dependencias educativas no hay ninguna referencia a los postulados de su reforma que le llaman “Cambio Valiente” (en japonés: Futoji no henko)
Pero honestamente está tan bien escrito que con las referencias hasta de programas que citan (Erasmus, Grundtvig, Monnet, Ashoka y Comenius) hacen pensar y validar que la información es cierta. La realidad si se investiga más se descubre que los programas efectivamente existen, pero no para la cultura nipona, sino que son parte del programa de Aprendizaje Permanente del Organismo Autónomo Programas Educativo Europeos. No hay ninguna referencia que nos apunte los nombre de programas destinados a satisfacer alguna necesidad de la cultura japonesa.
Por lo cual es posible concluir que de la mucha información que la red nos publica que no hay justificación alguna que por temor o convencionalismo personal se le da validez: Por el contrario, se requiere de un buen criterio que estará sustentado en una investigación responsable y comprometida por siempre destacar la verdad.
AL CALCE. Dicen que la Reforma Educativa no valoriza al maestro, sino que lo reduce a una simple reforma laboral para descargar en él toda la responsabilidad del fracaso educativo. Difiero de esa interpretación. Basta darse cuenta que hoy en día la profesión de la docencia, con la figura del Servicio Profesional Docente, se encuentra protegida por el Título I de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que aborda y define los Derechos Humanos y sus Garantías. Es decir, que la labor del maestro cuenta con la protección de la Norma Suprema, la Constitución. Esto abre nuevas opciones de defensa jurídica a los maestros que sientan que sus derechos son violentados por un acto de autoridad.
Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.