alertamaber1. En la antigua Roma la infamia era una pena que consistía en hacer público cuando una persona cometía un delito. De tal manera se escarmentaba a la persona que no era digna de confianza de una mala fama pública.

2. En tiempos no lejanos, cuando una persona desaparecía y los familiares por consiguiente desconocían su paradero, acudían a las autoridades judiciales, que siempre las hacían esperar días para validar efectivamente la desaparición para empezar a esforzarse en la búsqueda y localización de las personas.

Con respeto al segundo punto, las alertas AMBER para el caso de menores de edad y en el contexto del tráfico de infantes y trata de blancas, es un instrumento organizacional y esfuerzos coordinados para agilizar la pronta localización, y por consiguiente, el deslinde de las responsabilidades de quienes incurren en el secuestro, robo de infantes o trata de blancas.

Una realidad es que ha sido posible bajo este mecanismo que une a la sociedad en una causa común dar resultados más efectivos para las familias que sufren por la desaparición de un ser querido.

Sin embargo, se han dado casos son una cara no muy agradable de la moneda. Me refiero a los casos de adolescentes, entre los 12 a los 16 años, que han desaparecido misteriosamente, sin avisar de un paradero, causando con ello la desesperación familiar que acude a las autoridades para una pronta atención y posible recuperación del menor perdido; pero que después del trabajo coordinado que implica recursos personales y económicos, resulta que habían conscientemente, por libre albedrío y plena voluntad huido junto con el novio.

Mientras tanto, la imagen y nombre de la menor desaparecida ya ha inundado los medios de comunicación y las redes sociales. Se ha movido a una sociedad que la conoce y hace el esfuerzo por buscarla.

La autoridad, en su obligación de informar, da a conocer los pormenores y de que se trato de otra huida más, no hay quien le quite a la menor la mala fama, la infamia, de haberse huido con el novio. No obstante de que la búsqueda por sí misma ha representado todo un esfuerzo humano institucional con recursos económicos, que en la obligación de buscar, el tratamiento de una situación familiar pudiera mejor tratarse de otra manera.

No estoy afirmando que tengamos que irnos para atrás en un instrumento que es efectivo para la sociedad y la integridad de los y las menores de edad. El cuidado de su integridad es prioritario para todos nosotros. Que por lo mismo, algo se tiene que hacer para evitar que si el caso no cae en un delito, la presunción de inocencia, pero mucho más, la imagen de la adolescente no constituya un desprecio social ni minusvalía en la calidad de su persona.


Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.