Enviolenciaescolar últimas fechas el tema de bullying ha recobrado una mayor fuerza a partir de hechos lamentables de violencia en escuelas mexicanas que han resultado con lesiones y muerte de estudiantes. Esto ha provocado un interés legislativo de establecer una normatividad que prevenga y castigue a quien resulte responsable de cometer actos de violencia escolar.

En nuestra Entidad, desde hace dos años, se cuenta con la Ley para la prevención y erradicación de la violencia en el entorno escolar. En la exposición de motivos de la iniciativa presentada por el Poder Ejecutivo Estatal, a cargo de Ivonne Ortega Pacheco, se manifiesta la importancia del bullying o violencia escolar y la necesidad de su legislación. Lo que al final se hizo y se aprobó. Con lo cual en Yucatán es uno de los estados que ya tiene una legislación específica al respecto.

Pero queda la duda ¿en verdad el bullying representa una gran problema social que requiere de toda la atención cuando hay temas estructurales que han quedado minimizados en su importancia?

Una de las realidades cotidianas para cualquier escolar es que hemos sido y somos parte del problema. El ambiente de las aulas, posiblemente derivado del estrés propio de la convivencia entre iguales, se fomenta una camarería que se puede derivar en actos contrarios a la dignidad e integridad de los miembros del grupo. Nunca ha faltado que el más fuerte que se aprovecha del más débil.

Esa realidad no es novedosa, ha existido desde los albores de la humanidad y se ha proyectado como simulación en la vida escolar. Al fin, se dice, la escuela constituye una forma de aprender de la vida en la vida misma.

¿Pero que está sucediendo que hoy se convierte en un gran problema social?

Los actos violentos siempre han existido en la escuela. Desde el chistosito o “chingaquedito” que se sabe aprovechar de otro. Lo único que hoy hace la diferencia es que hay una posibilidad de que la broma o el chascarrillo se graben en un medio electrónico, para posteriormente, ser exhibido en la globalidad de la Internet o redes sociales. Con lo cual, lo que antes pasaba fácilmente al olvido, hoy se mantiene, se difunde, se recuerda de forma constante… y como si fuese una tortura de “la gota” sigue picando, fastidiando y alterando la tranquilidad de a quien no le sienta bien el hecho.

Además hay que reconocer que los medios de comunicación dirigidos a jóvenes han priorizado el culto de la insolencia, la idiotez y mediocridad. Un mundo sin compromisos y responsabilidades donde no importa respetar al contrario. Un escenario que no contribuye a la construcción de una sociedad de paz y armonía.

Los que tenemos alrededor de 40 años crecimos con uno de los programas más violentos de la televisión mexicana como fue el Chavo del 8 o Chespirito. Igualmente nos sometimos o aguantamos actos de violencia escolar en los tiempos de estudiantes. Hoy no estamos tan “idiotizados” ni tan traumados. Hay control de las emociones no como las generaciones de ahora que son débiles a enfrentar los desafíos de la convivencia social, por lo cual, el estrés y la depresión se vuelven constantes desde muy tempranas edades por las situaciones de vida escolar.

No estoy afirmando que se deje pasar un problema como la violencia escolar. Lo que propongo es que nos quitemos la careta para colocar el tema en una justa dimensión. No estamos ante algo nuevo en esencia, aunque la forma de como se manifiesta si es diferente.

Posiblemente si logramos ser conscientes de lo último podamos establecer las adecuadas estrategias para encontrar caminos de solución para sancionar actos que si dañan la integridad, que bajan la autoestima y nos hacen más vulnerables emocionalmente.


Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.