Yucatán contribuyó hace 100 años al inicio de la lucha a favor de los derechos de las mujeres. El escenario de evento histórico fue el Teatro José Peón Contreras. En ese lugar se celebró en 1916 el primer Congreso Feminista con la participación de alrededor de 600 mujeres. Una oportunidad para analizar el rol de la mujer en la nación mexicana, el valor de su participación en la vida social, económica y política.

A un centenar de años el Teatro José Peón Contreras vuelve a ser la sede de otro momento que seguramente pasará igualmente en la historia de la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres. En esta ocasión, ahora en 2016, se verifica el Encuentro Internacional Mujeres en la Economía del Conocimiento y la Innovación (MECImx). Evento patrocinado por la canciller Claudia Ruiz Massieu, Secretaría de Relaciones Exteriores, el Instituto Nacional de las Mujeres y el Gobierno del Estado de Yucatán. Un compromiso asumido con seriedad por el Gobernador Rolando Zapata Bello, que no sólo inauguró y clausuró el evento de acuerdo a las normas protocolarias, sino que igualmente participó en la mesa de diálogo HEFORSHE, el movimiento que impulsa la actriz y activista Emma Watson.

Fueron dos días de éxito. La trascendencia estuvo en las ideas, propuestas y compromisos a seguir para consolidar una agenda de igualdad de género que apunte a un 50-50 real, que se desmonte las dificultades entre el género que carga pesos diferenciados en el desarrollo de la mujer. Como en cualquier otro acto público sujeto a opinión pública, no ha faltado quien descalifique el evento. Sus argumentos se basan en la cancelación de determinadas personalidades, especialmente de Susan Sarandon y Emma Watson. Sobre Malala se tenía convenido una videoconferencia como sucedió con Koffi Annan y Al Gore. Pero una cuestión de enfermedad no le permitió a ella el enlace. Fue su padre, quien dio testimonio y rindió honor a la valentía del premio de paz más joven de la historia. No era el evento un desfile de personalidades para crear un espectáculo de alfombra roja. Lo que es importante es lo que se discutió, debatió, se coincidió y acordó.

De muchas cosas se hablaron. Realidades duras de la situación de la mujer que le toca diversos roles en la vida social. La mujer es madre, esposa, cuidadora de la economía familiar, quien atiende las necesidades de la familia. Pero también es un ser que merece oportunidades de salir adelante, que tiene potencialidades y capacidades para desarrollar y aportar positivamente en la construcción de la sociedad. La igualdad de hombres y mujeres ya no debe ser una lucha sólo de las mujeres. A los hombres nos debe interesar en la medida de que juntos podamos contribuir a la construcción de una nueva sociedad. Juntos, hombro con hombro, debemos avanzar en la consolidación de una sociedad de paz, de concordia y seguridad.

Ni el hombre debe estar encima de la mujer, como ésta tampoco encima del hombre. La misma naturaleza nos ha dado una complementariedad biológica que entorno a ella se ha estructurado el valor de la familia así reconocido en todas las culturas, en todos los tiempos, más allá de las diferencias religiosas o sistemas políticos o sociales o percepciones subjetivas. La famosa guerra de sexos hoy se debe transformar y evolucionar hacia una competitividad en géneros que priorice los talentos, capacidades y facultades tanto de hombres como de mujeres para la construcción de una mejor sociedad. No se trata del feminismo que conduce a un monopolio de género. No es imposición ni violencia; sino conciliación, consenso, reconocimiento y apoyo mutuo los elementos de la igualdad entre hombres y mujeres.

Es por ello que el MECI ha contribuido a poner en la mesa de la discusión el papel de la mujer en los tiempos actuales, en los albores de un siglo XXI que se caracteriza por la globalidad, la tecnificación de la vida social y pluriculturalidad que se fortalece con la interconectividad. Un contexto muy diferente a las mujeres de 1916. Pero un entusiasmo que se comparte, que motiva a continuar con la lucha. Una lucha que debe ir más allá del revanchismo sexual.

Una felicitación a los organizadores del evento. El acceso estuvo libre al final gracias a la misma tecnología que permitió la difusión por la Internet de todo el evento en transmisión de tiempo real. Mucha información ahora debe ser procesada. Los compromisos deben ser monitoreados y seguidos.

Las mujeres han hablado en el MECImx. Hoy la sociedad entera – hombre y mujeres – debemos seguir escuchando y aportando ideas y acciones concretas para una sociedad 50-50. Una sociedad que vaya más allá de las cuotas de género institucionales para abrir en igualdad total y plena de circunstancias las oportunidades para todos: hombres y mujeres.


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