Para quienes valoramos el derecho a la vida, es muy claro que no hay nada más grande para los humanos el poder procrear y gestar a un nuevo ser para traerlo a este mundo. Algo que la naturaleza, por no entrar en términos religiosos, le otorgó ese don a la mujer.

Hoy con los movimientos feministas que quieren imponer la idea de que la mujer es dueña de su propio cuerpo están abandonado el valor de la gestación a un simple producto que como tal es fácil de deshacer. No ven el maravilloso proceso de ser partícipes de la propia creación. Algo que como hombres no podemos gozar sin dejar de también ser responsables de ese nuevo ser traído al mundo.

En estos días se dio a conocer el nacimiento del primer hijo de una gran atleta mexicana, la medallista olímpica Paola Espinosa. Gatorade como patrocinador de eventos deportivos se atrevió a felicitarle con un mensaje que decía: “Felicidades por obtener la medalla más grande de todas. Ser mamá”

Esto conllevó a que mujeres denostarán contra la marca de bebidas energizantes. Una usuaria de la red dijo “La maternidad no te hace más o menos mujer”. Paola ha sido una excelente atleta y la minimizas diciendo que lo mejor que ha hecho es ser madre”.

Un claro ejemplo del desprecio de algunas mujeres feministas que no entienden el valor de la mujer en la naturaleza y en propia conservación de la especie. Algo que no demerita en ninguna circunstancia los logros que las mujeres obtienen por su dedicación, disciplina y esfuerzo en diferentes áreas profesionales, artísticas y deportivas como es este caso.

Estoy plenamente seguro de que Paola debe sentirse no solo orgullosa de sus medallas y logros deportivos que enaltecen el deporte mexicano. Hoy vive y es parte de algo mucho más global que dejará una huella en la humanidad. No se le ha minimizado nada, sino todo lo contrario, sin dejar de ser lo que es, un hijo viene a complementar a la mujer y que mejor que se comparta en pareja.

Ella sin duda es una campeona del deporte y también de la vida.

Lástima que las insensibilidades de entender estos procesos por la sequedad del alma cuestionen una función que solo las que son madres saben el verdadero valor de serlo. Porque tengo el ejemplo de muchas mujeres que darían hasta la vida por la defensa de sus hijos. Que no tienen reparo alguno de sentirse felices y orgullosas de lo que son y han hecho.

Pero esta es la sociedad mercantilista que reduce todo a productos simples, que no puede ver más allá de lo simple porque pierden el valor de la trascendencia, de lo que son y pueden ser como mujeres y madres.

Por mi parte, felicito a Paola Espinosa. Le mando un caluroso saludo y que disfrute esta nueva medalla de vida que es tener un hijo. Que lo cuide y proteja. Pero más importante, que lo eduque para ser una persona responsable y sensible a los hechos de la vida.


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