El día de ayer el gobernador Mauricio Vila manifestó preocupación por la posibilidad de una cuarta ola de Covid-19 y exhortó a la población que no se había vacunado a que acuda a los módulos permanentes y afirmó categóricamente “…las medidas sanitarias que ya son parte de nuestra nueva normalidad, como el uso de cubrebocas, la sana distancia y el lavado frecuente de manos, continúan siendo obligatorias

Estas medidas se están exigiendo en las escuelas para recibir a los alumnos que han decidido por la actividad presencial, así como en otros centros comerciales o restaurantes, tiendas de conveniencia y otros lugares donde son conscientes de que aún la emergencia no ha terminado y, ante un posible rebrote como está sucediendo en Europa y Asia, no bajan la guardia y mantienen los filtros para evitar la propagación del SARS-COV-2. Aunque el lunes pasado se declaró el semáforo epidemiológico verde, abandonar por completo las medidas sanitarias puede representar alto riesgo para un cuarto rebrote.

Sin embargo, tanto en el Hospital Regional Ignacio Tellez, mejor conocido como la T1 y en la unidad familiar del Seguro Social del Parque, ya no existe peligro de contagio de Covid-19. Desaparecieron los filtros sanitarios en la entrada que controlaban los accesos, sin contar ni siquiera con alguna unidad de sanitizante, sin ninguna verificación, totalmente libre el acceso a las instalaciones. En el interior se han suprimido las restricciones en asientos que garantizan la sana distancia y se permiten personas en los pasillos y sentados juntos. Algunos sin que tengan bien puestos el cubrebocas.

Parece que no estamos viendo lo que sucede en Europa, en países como Rusia y Alemania donde la pandemia  se consideraba controlada por el avance en la vacunación. Pero la realidad está superando las buenas expectativas y el relajamiento de medidas restrictivas han aumentado los contagios y que se tenga que regresar el confinamiento.

El IMSS, como hospital público, debería ser ejemplo y modelo. No debería abandonar los filtros sanitarios para garantizar y prevenir el contagio.

Viene una época donde el comercio aumenta, las festividades igual y, con ello, la interacción social. Pensar que estamos aún inmunes por recibir la vacunación es una utopía. En consecuencia el riesgo de una cuarta ola es real.

Por lo cual el relajamiento de las medidas sanitarias son el cultivo perfecto para que lo que hoy estamos ganando se puede perder fácilmente. Aunque al final las medidas de cuidado recaen en un ámbito de responsabilidad personal e individual, las instituciones no pueden abandonar ser ejemplo que fortalezca la cultura de la prevención.

O es acaso ¿Qué en esta Cuarta Transformación el IMSS ya perdió su misión de ser un agente de la prevención?

 


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