Por otra parte, y aunque no relacionado, los docentes del Estado de Yucatán se apoderan de las instalaciones de l Secretaria de Educación Pública del Estado (SEGEY), encabezado por los líderes sindicales, que viendo disminuida su fuerza, coaccionan a la sociedad yucateca para buscar imponer un pliego petitorio que va contra la dirección general que la sociedad demanda a la educación-
Ambos casos, ajenos entre ellos mismos, muestran hasta donde se pretende desviar la atención de los verdaderos problemas que nos inquietan. En el primero, es de todo conocido la pérdida de tiempo que significó llevar un proceso de desafuero, para que al final, la PGR desistiera del proceso penal por considerar que no existían los elementos suficientes acreditados de la comisión del delito, aunque en lo profundo siguen considerando a AMLO como responsable de un desacato judicial.
Algunos aplaudirán la actitud “estadista” y “benévola” del Presidente Fox que cedió ante la presión y optó por una salida política. ¿En dónde quedo su promesa de aplicar el peso de la ley hasta sus últimas consecuencias? Si AMLO era culpable, tenía que ser el poder judicial, en sus instancias correspondientes, quienes deberían determinarlo? ¿Se ha mandado la señal a la población que es más importante hacer ruido y grilla política para presionar en lo que uno piensa, aún cuando va contra la razón y la ley misma? Mientras ellos discutían, la vida cotidiana del capitalino ajeno a los dime y diretes políticos sufre de la consecuencia de esa desviación de sus autoridades en las tareas y funciones esenciales de la misma.
En el segundo caso, que atañe a lo que sucede en Yucatán, vemos al Patrón (SEP) y a los trabajadores docentes liderados por el SNTE discutiendo puntos que atentan contra la calidad del proceso educativo. Apenas hace algunos meses se han dado a conocer los indicadores educativos que concluyen que la educación en nuestro país esta más allá del desastre. El nivel educativo es más que deficiente con altísimos rezagos en la atención de las necesidades de todos los actores. No exento ninguna responsabilidad a todos los involucrados en este conflicto.
Por su parte del Gobierno y la SEP no han reconocido al cambio del Tabulador II al III, que significaría una mejor calidad de vida a los docentes. Esta es la única demanda que tiene un significado positivo en todo el problema que se vive en Yucatán. Las otras, como aquella que dice que se buscan que los días de juntas sindicales se otorguen días inhábiles, son retrocesos de actividades grilleras que parecían superadas ¿En dónde queda el compromiso de la SEP y en SNTE en apoyar la elevación de la calidad educativa? ¿Qué han hecho ambas instancias para proponer mejoras que ayuden al desarrollo educativo, y por consecuencia, a la sociedad en general?
Ambos casos en lo profundo, y por consecuencia de las actitudes, distrae a las autoridades de las tareas que deberían de preocuparse para avanzar en la mejora de los problemas que nos aquejan a todos los mexicanos. ¿No creen?


Espero que esta publicación sea de tu interés. Me gustaría seguir en contacto contigo. Por lo cual te dejo mis principales redes para dialogar y comentar los temas de interés para la sociedad y nosotros.